Buenas tardes.
A continuación, os presento la rúbrica que he diseñado para evaluar el producto final de mi tarea integrada, es decir, el mural que cada grupo elaborará acerca de una calle, plaza o avenida de Vallecas con nombre de escritor.
RÚBRICA DE EVALUACIÓN
CÓMO VALORAR LA RÚBRICA:
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EXCELENTE
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BIEN
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REGULAR
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NECESITA MEJORAR
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Presentación y maquetación del mural (20%)
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20
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15
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10
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5
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Consulta de fuentes de información (20%)
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20
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15
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10
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5
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Contenido (20%)
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20
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15
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10
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5
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Corrección ortográfica (10%)
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10
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8
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6
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2
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Trabajo en equipo (20%)
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20
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15
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10
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5
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Reflexión final (10%)
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10
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7
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5
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0
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(La tarea se considerará aprobada a partir de
22 puntos).
Para la elaboración de esta rúbrica, he tenido en consideración los siguientes estándares de aprendizaje (seleccionados, a su vez, de los estándares reflejados en el mapa conceptual que os presenté):
- 3.2. Trabaja en equipo determinados aspectos de las lecturas propuestas, investigando y experimentando de forma progresivamente autónoma.
- 4.1. Utiliza, de forma autónoma, diversas fuentes de información, integrando los conocimientos adquiridos.
- 6.1. Utiliza fuentes variadas de consulta en formatos diversos para resolver sus dudas sobre el uso de la lengua y para ampliar su vocabulario.
- 7.1. Aporta en sus trabajos escritos conclusiones y puntos de vista personales y críticos, expresándose con rigor, claridad y coherencia.
- 7.2. Utiliza recursos variados de las tecnologías de la información y la comunicación para la realización de sus trabajos académicos.
Por último, me gustaría realizar una serie de puntualizaciones con respecto a la aplicación de esta herramienta de evaluación como es la rúbrica.
Por un lado, considero que esta rúbrica resulta de vital importancia para mi trabajo en el aula. Esto se debe a que es el resultado de un trabajo previo de reflexión, en el cual he seleccionado unos determinados criterios de evaluación, con sus respectivos estándares, en función de la importancia que tienen con la tarea propuesta. Esta selección es fundamental para hacerles saber a los alumnos qué se les va a pedir y qué deben conseguir.
De hecho, se trata de precisar desde el mismo momento en que se presenta la tarea (no al finalizarla, como suele ser habitual en numerosas ocasiones) cómo va a ser evaluada, para que el proceso de enseñanza- aprendizaje sea lo más fructífero y provechoso para ambas partes. Como ya comenté en otra entrada, debemos hacer este proceso lo más transparente posible e, incluso, podría negociarse la elaboración de la rúbrica, con aportaciones de la profesora y de los alumnos. Por ejemplo, se les puede proporcionar una plantilla vacía (o con algunos criterios, sin estar completa), para que entre todos, tras una puesta en común, se consensúen los aspectos que son más relevantes en función de la tarea y qué peso adquieren. De este modo, lograremos implicar más a los alumnos, haciéndoles protagonistas de su propio proceso de aprendizaje.
En mi caso, esta rúbrica la voy a utilizar a modo de heteroevaluación, para valorar el producto final, aunque también puede ser utilizada en la evaluación entre pares.
En definitiva, cuanto más familiarizados y cómodos nos sintamos los docentes con estas herramientas de evaluación, mayor será la implicación de los alumnos en la evaluación.
Buena tarde. 😉
Paula